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La desmotivación en el trabajo puede convertirse en un potenciador de enfermedades

Cuando un trabajador no está a gusto en el lugar de trabajo, puede desencadenar en emociones negativas que, de mantenerse en el tiempo, pueden afectar al sistema inmune y desarrollar enfermedades psicosomáticas o de otra índole.

Así, las dolencias que suelen desarrollarse como consecuencia de este estado de ánimo suelen ser las mismas que las que se derivan de situaciones de estrés. Las relacionadas con el sistema digestivo, dolores musculares, migrañas, cefaleas, etc.

El desarrollo de estas dolencias nos avisan de la necesidad de un cambio. No siempre tiene que ser un cambio de trabajo. Puede ser un cambio en nuestra  mentalidad y actitud en cómo nos enfrentamos al trabajo diario.

Aspectos que pueden mejorar nuestra actitud

Y estos cambios de pensamiento pueden empezarse por el esfuerzo. Si nos esforzamos más en el trabajo, lo normal es que tengamos mejores resultados, que aumentarán nuestra satisfacción y mejoraran el estado de ánimo.

Por otro lado, es importante fomentar que el ambiente de trabajo sea agradable. Pasamos muchas horas en el puesto de trabajo, por lo que es importante que las relaciones con nuestros compañeros sean buenas, para poder desempeñar nuestra actividad diaria con el mejor estado de ánimo.

Y por último, debemos alejarnos de las personas tóxicas que no nos aportan nada positivo. Estas personas pueden crear a su alrededor un ambiente dañino, tanto dentro como fuera del trabajo. Por eso, y para evitar este contagio, debemos identificar los causantes del mal ambiente laboral y darles tareas individuales.