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El salario emocional o cómo cuidar a tus trabajadores

El salario emocional es una poderosa herramienta con la que fidelizar a los trabajadores de una empresa. Este concepto consiste en una retribución que repercute en el desarrollo profesional de losempleadosy pretende satisfacer sus necesidades familiares y profesionales,  al margen del aspecto económico.

Por ejemplo, dentro de este ámbito entrarían las oportunidades de ascenso, el reconocimiento al trabajo bien hecho,  el teletrabajo, disfrutar de horarios flexibles o, directamente, tener facilidades para conciliar la vida  familiar y la laboral. Todos estos beneficios, en definitiva, lo que pretenden es mejorar las condiciones de los trabajadores para que estos saquen más partido a su salario.

Esta inversión en salarios emocionales,  actúa como “factor motivador” para retener el talento en las compañías y evitar la fuga de talentos, según la opinión experta de Eva Rimbau,  profesora de los Estudios de Economía y empresa en la Universidad Oberta de Catalunya, que defiende que cuando un trabajador puede conciliar su vida laboral y personal, con un jefe que le reconoce su trabajo en un buen clima laboral, es un trabajador “motivado y productivo”.

La profesora  también defiende que este aumento de la motivación mediante el salario emocional representa un coste inferior al clásico incremento salarial.  Además, por si fuera poco, esta inversión, no sólo incrementa la motivación y el compromiso de los trabajadores dentro de la empresa, sino que también puede ayudar a  reducir el absentismo laboral y fidelizar a los empleados. Es más difícil que un trabajador se plantee marchar cuando la empresa le satisface sus necesidades personales y profesionales.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta que no basta con una acción puntual y aislada. Es necesario elaborar una estrategia integral que garantice una continuidad a medio y a largo plazo.

Al fin y al cabo, Eva Rimbau la experta de la UOC, concluye que las empresas que no apuestan por recompensar a sus trabajadores con  un salario emocional  terminan perdiendo competitividad y corren el riesgo de dejar escapar talento por no valor y cuidar lo suficiente a sus trabajadores.