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Dicho Real Decreto 614/2001, de 8 de junio, sobre disposiciones mínimas para la protección de la salud y 
seguridad de los trabajadores frente al riesgo eléctrico define el riesgo eléctrico como todo riesgo originado por 
la energía eléctrica. Quedan expresamente incluidos en esta definición:

• 

Choque eléctrico por contacto con elementos en tensión (contacto eléctrico directo), o con masas puestas 
accidentalmente en tensión (contacto eléctrico indirecto).

• 

Quemaduras por choque eléctrico, o por arco eléctrico.

• 

Caídas o golpes como consecuencia de choque o arco eléctrico.

• 

Incendios o explosiones originados por la electricidad.

Para que se produzca un riesgo de contacto eléctrico deben 
reunirse dos condiciones:

• 

La existencia de un CIRCUITO CERRADO.

• 

La existencia de una DIFERENCIA DE POTENCIAL (tensión 
o voltaje) en el mencionado circuito.

Para que circule la corriente eléctrica por el cuerpo humano es 
necesario que este actúe como conductor, es decir, que forme 
parte del circuito y que entre los puntos de entrada y salida de la 
corriente eléctrica exista una diferencia de potencial.

Los factores que determinan la gravedad de los efectos en el 
paso de la corriente por el organismo son varios:

• 

Intensidad (miliamperios). Es la medida de la cantidad 
de corriente que pasa a través de un conductor. Cuanto 
mayor es la intensidad de la corriente, más graves son 
las lesiones que puede sufrir el trabajador en caso de 
contacto.

• 

Tensión (voltios). La tensión permite que la corriente circule y es la diferencia de energía que existe entre 
dos puntos de un circuito eléctrico. A mayor voltaje, mayor capacidad de destruir los tejidos afectados y, 
por tanto, mayores pueden ser las lesiones (aunque no debe descartarse el riesgo de electrocución por 
tensiones bajas). La tensión eléctrica se denomina alta tensión cuando es superior a 1.000 voltios en 
corriente alterna o 1500 V en corriente continua y baja tensión cuando es igual o inferior a 1.000 V para 
corriente alterna y 1.500 V para corriente continua.

Mención especial merece lo que se denomina tensión de seguridad. Se trata de un tipo de tensión que 
puede ser aplicada indefinidamente al cuerpo humano sin peligro. Estas tensiones de seguridad no pueden 
exceder los 50 voltios en corriente alterna o los 75 voltios en continua y se emplean como medidas de 
protección contra contactos indirectos en aquellos emplazamientos muy conductores o en herramientas o 
máquinas con aislamientos funcionales.

• 

Frecuencia (hercios). Las bajas frecuencias son más peligrosas que las altas frecuencias (los valores 
superiores a 100.000 Hz son prácticamente inofensivos).

• 

Resistencia corporal (ohmios). Se trata de un factor personal muy variable y que dependerá de elementos 
como la humedad del emplazamiento y la resistencia de la propia piel. 

• 

Tiempo de contacto. Es el factor, junto con la intensidad, que más condiciona la gravedad de las lesiones.

• 

Recorrido de la corriente. La gravedad de las lesiones aumentará si la corriente pasa a través de los 
centros nerviosos o los órganos vitales tales como el corazón o el cerebro.

• 

Factores personales. Aspectos como la edad, el sexo y las condiciones en que se encuentre la persona 
(estrés, fatiga, sed, alcohol ingerido, etc.) pueden modificar la susceptibilidad del organismo a los efectos 
de la corriente eléctrica.

También debe tenerse en cuenta que si se dispone de los medios de protección adecuados: individuales y 
colectivos, las consecuencias del contacto eléctrico se verán reducidas.

1. EL RIESGO

ELÉCTRICO