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Normas básicas para el trabajo en posición sentado

Trabajar en postura sentada es la más confortable puesto que reduce la fatiga corporal y disminuye el gasto de energía.

Sin embargo también tiene riesgos para la salud si los elementos con los que trabajamos no nos permiten cambiar de postura de vez en cuando. Mantener una postura inadecuada puede provocar molestias cervicales, abdominales, trastornos en la zona lumbar de la espalda y alteraciones del sistema circulatorio y nervioso.

Por ello, deben considerarse qué requisitos ergonómicos deben tener la mesa o la silla donde desarrollamos la actividad laboral. Así, mencionamos algunas normas básicas para trabajar cómodamente.

Normas básicas

 

1. La altura del asiento de la silla debe ser regulable, es decir, se debe adaptar a las distintas tipologías físicas de las personas. Lo ideal es que permita que la persona se siente con los pies planos sobre el suelo y los muslos en posición horizontal con respecto al cuerpo o formando un ángulo entre 90 y 110 grados.

2. El respaldo de la silla también debe ser regulable en altura y ángulo de inclinación.

3. El material de revestimiento del asiento de la silla es recomendable que sea de tejido transpirable y flexible y que tenga 20 mm de espesor.

4. Los reposabrazos son recomendables para dar apoyo y descanso a los hombros y a los brazos, aunque su función principal es facilitar los cambios de posturas y las acciones de sentarse y levantarse de la silla.

5. Mantener una correcta posición de trabajo que permita que el tronco esté erguido frente al plano de trabajo y lo más cerca posible del mismo, manteniendo un ángulo de codos y de rodillas de alrededor de los 90 grados. La cabeza y el cuello deben estar lo más rectos posible.

Y aunque la posición sentada es la forma más cómoda de trabajar, mantener esta postura durante mucho tiempo puede llegar a resultar molesto. Por lo tanto, es aconsejable alternar la postura sentada con la de pie y, a ser posible, andar.