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El tecnoestrés y otros efectos negativos de las tecnologías en los trabajadores

Es un hecho indiscutible que durante estos últimos años,  las Tecnologías de la Información y Comunicación  (TIC) se han incorporado en la vida empresarial buscando una mejora de su competitividad y productividad, además de llegar a ser una parte prácticamente imprescindible en nuestra vida personal  y en nuestro día a día, no sólo para cuestiones de ocio,  sino también,  como herramienta de búsqueda de información, empoderamiento y forma de relacionarnos. 

Sin embargo,  la incorporación de las TIC a nuestra vida en su sentido más amplio no se desarrolla igual en todas las personas.  Como usuarias de esas tecnologías, reaccionan de modos distintos  a las mismas, y esas reacciones a veces nos ayudan a mejorar y progresar, pero, por el contrario, en  otras ocasiones nos impiden un desarrollo sano derivado del uso de la propia tecnología.

En este contexto, el ObservatorioPRL y la Universidad Jaume I han realizado un estudio para conocer el uso que se hace de las TIC y sus consecuencias psicosociales y en especial sobre el tecnoestrés, entendido como el estrés específico derivado de la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de manera saludable. En la investigación han participado 855 personas de diferentes países (55,5% de España y el  resto de otros países de América Latina) y con diferentes niveles de estudios. Concretamente, el 40% de la población encuestada tiene estudios de posgrado y el 56% ocupan cargos de técnicos especialistas.

Así pues, partiendo de la base de que todos los participantes son usuarios tecnológicos se quiso conocer el ámbito de utilización de las TIC y el tiempo que dedican a la semana a su uso. Según el estudio, más del 97% usa las TIC para la realización de su trabajo y/o motivos profesionales y más de un 73% hace uso de las TIC con fines lúdicos o de ocio. Así mismo, un 64% las utilizan con fines académicos (estudio). Estos datos vienen a ratificar la importancia de este factor de riesgo en el mundo laboral así como su impacto también en la vida personal y académica por el alto uso que se hace de ellas

Por otro lado, el informe  también nos muestra los  problemas que se generan por un exceso en el uso de estas tecnologías. Un 34% de las personas que participaron en el estudio consideran que el uso excesivo de las TIC les produce problemas o consecuencias negativas como el bajo rendimiento en el estudio o trabajo, tensión, fatiga visual, posturas inadecuadas, discusiones de pareja, no salir con sus amigos, etc.

En relación al factor psicosocial del contenido del trabajo, un 27,38% realiza tareas rutinarias y un 51,58% considera que trabaja con mucha información y datos. En lo que respecta a los factores psicosociales de carga y ritmo de trabajo, un 31,87% afirma trabajar con plazos ajustados y un 24,79% trabajar contra reloj. Unos datos que muestran como los encuestados tienen poco control  o autonomía temporal en el desarrollo de su trabajo.

En el estudio también se constata que el 65% aseguran estar de acuerdo, muy de acuerdo o absolutamente de acuerdo en estar tan preocupados por dar respuesta a las tecnologías de origen laboral (contestar mails, teléfono...) que olvidan sus asuntos personales, lo que muestra el incremento de las demandas laborales asociadas a la información y comunicación en las organizaciones.

Por último, observamos unos datos que nos ponen en alerta en relación a un tipo específico de tecnoestrés, la tecnoadicción, debido a que un 32%   asegura que con frecuencia o siempre, se siente mal si no tiene acceso a las TIC (mail, móvil, internet) y un 28 % sienten un impulso interno que les obliga a usar las TIC en cualquier momento y lugar.

En este sentido, será necesario adoptar medidas preventivas y organizativas que limiten esta conexión virtual después del trabajo. Estar permanente conectado al trabajo supone un riesgo para las personas que además de afectar a su salud psicofísica afecta también a la esfera personal.