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Los accidentes laborales siguen siendo un problema en muchos entornos de trabajo, pero la mayoría se pueden evitar con pequeños hábitos y un poco de organización. No se trata solo de cumplir normas: es cuestión de seguridad y bienestar para todos.

Accidentes frecuentes y cómo prevenirlos.

1. Resbalones y caídas:

Suelen ocurrir por suelos mojados, zonas oscuras o pasillos llenos de objetos.

Cómo evitarlos: mantener el suelo seco, señalizar cuando hay riesgo, retirar obstáculos y usar calzado adecuado.

2. Golpes con objetos:

Pasan cuando el espacio está desordenado o el mobiliario está mal colocado.

Prevención: mantener el área de trabajo ordenada, mejorar la iluminación y dejar las zonas de paso despejadas.

3. Sobreesfuerzos:

A menudo se deben a levantar peso sin técnica o a posturas mal adaptadas.

Evítalos: usar técnicas de levantamiento seguro, contar con equipos de ayuda y adaptar el puesto a cada persona.

4. Cortes y pequeñas heridas:

Muy comunes en talleres, cocinas o almacenes.

Qué hacer: usar guantes, revisar el estado de las herramientas y guardarlas bien.

5. Riesgos eléctricos:

Instalaciones dañadas o enchufes sobrecargados pueden provocar incidentes graves.

Medidas: hacer revisiones periódicas, no improvisar reparaciones y no saturar los puntos de corriente.

6. Objetos que caen desde altura:

Ocurre mucho en zonas de almacenamiento.

Cómo prevenirlo: colocar las cargas correctamente, no sobrepasar el peso permitido y usar escaleras adecuadas.

La clave está en la prevención diaria, es decir, formar al equipo, comunicar riesgos a tiempo y disponer de los recursos adecuados hace que el entorno sea más seguro. Pequeños gestos del día a día pueden evitar muchos accidentes y ayudar a crear un ambiente de trabajo más tranquilo y productivo.