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Silencio en el trabajo

El ruido puede perjudicar el rendimiento en el puesto de trabajo pero también, en los casos más graves, afectar al clima laboral o incluso a la salud. ## A su vez, un silencio extremo también podría ser síntoma de un mal ambiente en la oficina. ¿Dónde está el nivel correcto?

El puesto de trabajo, lejos de ser un refugio contra la ebullición de la urbe (el 90% de la contaminación acústica proviene del tráfico rodado de las ciudades), también presenta elementos ruidosos, a menudo subestimados, como los sistemas de ventilación, máquinas de oficina, artefactos domésticos (aparatos de cocina o de limpieza) y, por supuesto, las conversaciones de los mismos empleados. Desde la OMS opinan que “el rendimiento cognitivo se deteriora sustancialmente, en particular en aquellas tareas más complejas, como la lectura, la atención, la solución de problemas y la memorización. También puede actuar como estímulo de distracción. En particular, el ruido súbito puede producir un efecto desestabilizante, como resultado de una respuesta ante una alarma”.

En una oficina corriente con varios trabajadores, nunca se debería sobrepasar una exposición de 50 decibelios. Desde el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, el sistema de ventilación no debería superar los 35 decibelios. Este tipo de aparatos y los equipos técnicos interiores en general así como el ruido que proviene del exterior a través de ventanas abiertas se considera ruido de fondo.

Según un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III y de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, la prevalencia de trabajadores que soportan un ruido molesto durante su jornada de trabajo asciende a un 37%. Sobre el ruido en el trabajo no preocupa el riesgo de pérdida de capacidad auditiva pero sí que puede provocar “malestar, disminuir o impedir la atención, altera la capacidad de concentración, el sueño, el rendimiento, induce comportamientos psicológicos alterados, causa accidentes de trabajo, alteraciones fisiológicas en el sistema cardiovascular y provoca posibles alteraciones del feto”, según reza el informe.

Entre las profesiones más ruidosas encontramos las de los servicios de emergencias (los bomberos), tareas de remachado en ingeniería, tareas en las salas de máquinas de pesca o las diversas tareas del oficio de la construcción.