×
En Mutua Intercomarcal utilizamos cookies propias para el acceso al área privada y de terceros para realizar análisis de uso y de medición de nuestra web y mejorar nuestros servicios.
Pulsa el botón ACEPTAR TODAS para confirmar que has leído y aceptado todas las cookies, o pulsa CONFIGURAR si quieres modificar o rechazar su uso.

    

ES / CA
canviar idioma a
català

Recursos

Blogs

¿Por qué es importante ir a terapia? Conoce los tipos de terapia psicológica

Hablar de emociones, dificultades o salud mental no es una debilidad: es un acto de valentía y autocuidado. Cada vez más personas acuden a terapia psicológica para gestionar el estrés, mejorar su bienestar emocional o simplemente conocerse mejor. Pero muchas veces surge la pregunta: ¿qué tipo de terapia necesito? 

En este artículo te explicamos por qué es importante ir a terapia, y te presentamos los tipos de terapia más comunes, con un lenguaje claro para que puedas entender cuál podría ajustarse mejor a tus necesidades. 

 

¿Por qué es importante ir a terapia? 

- Ayuda profesional: Un psicólogo o terapeuta te brinda herramientas basadas en evidencia científica para manejar emociones, pensamientos y conductas. 

- Autoconocimiento: La terapia te permite entenderte mejor, identificar patrones negativos y construir una relación más sana contigo mismo. 

- Prevención: No hace falta "estar mal" para ir a terapia. Atender tu salud mental a tiempo previene trastornos más graves. 

- Acompañamiento: No estás solo. Tener un espacio seguro donde hablar y ser escuchado sin juicio es fundamental para sanar. 

 

Hay muchos tipos de terapia (y no todos se ven igual) 

La terapia no es una única cosa. Existen muchos enfoques y técnicas, cada uno con su filosofía, método y objetivo. Aquí te explicamos los más comunes para que puedas identificar cuál es la indicada para ti: 

 

 1. Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

Es uno de los enfoques más utilizados hoy en día. Se basa en la idea de que lo que piensas influye en cómo te sientes y cómo actúas. 

En este tipo de terapia, se identifican los pensamientos negativos o automáticos (por ejemplo: "soy un fracaso") que pueden estar alimentando emociones como la ansiedad o la depresión. El objetivo es modificar esos pensamientos por otros más realistas y útiles. 

También se trabaja en cambiar conductas que te perjudican (como evitar situaciones sociales o procrastinar), por acciones más saludables. 

¿Para quién es útil? Personas con ansiedad, depresión, fobias, obsesiones, adicciones, entre otros. 

 

2. Terapia Psicodinámica o Psicoanálisis

Este tipo de terapia se enfoca en explorar el inconsciente, es decir, todo lo que está en tu interior, pero que no siempre eres consciente. La idea es que muchos de nuestros conflictos actuales tienen raíz en experiencias pasadas o en emociones reprimidas. 

El terapeuta te ayuda a entender patrones repetitivos (como elegir siempre el mismo tipo de pareja), conflictos internos o emociones no resueltas. No se busca solo "quitar el síntoma", sino profundizar en las causas emocionales. 

¿Para quién es útil? Personas interesadas en conocerse profundamente o que atraviesan conflictos emocionales complejos y duraderos. 

 

3. Terapia Humanista (como la Terapia Gestalt)

Este enfoque pone el foco en la experiencia personal, el aquí y ahora, y la autenticidad. Se parte de la idea de que cada persona tiene dentro de sí la capacidad de crecer, sanar y tomar decisiones conscientes. 

Más que centrarse en el problema, el terapeuta humanista te acompaña a explorar tus emociones, tus decisiones y tu relación contigo mismo y con los demás. 

La Terapia Gestalt, por ejemplo, trabaja mucho con el cuerpo, la expresión emocional y la responsabilidad personal. 

¿Para quién es útil? Personas que desean explorar su identidad, sus emociones o mejorar su autoestima y relaciones. 

 

4. Terapia Sistémica

Este enfoque considera que no somos individuos aislados, sino parte de sistemas: familia, pareja, grupo social, etc. Lo que sentimos muchas veces está influido por esos vínculos. 

En la terapia sistémica, se trabaja mucho la comunicación, los roles familiares, los conflictos no resueltos dentro del sistema, y cómo todo eso influye en tu comportamiento actual. 

Se utiliza mucho en terapia de pareja, familiar y en adolescentes. 

¿Para quién es útil? Personas con problemas relacionales o que atraviesan crisis dentro del entorno familiar o de pareja. 

 

5. Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)

Esta terapia se basa en la idea de que no siempre podemos controlar lo que pensamos o sentimos, pero sí podemos decidir cómo actuar frente a ello. 

En lugar de luchar contra pensamientos negativos o emociones incómodas, la ACT propone aceptarlas sin dejar que te dominen, y ayudarte a comprometerte con acciones alineadas a tus valores personales. 

Se trabaja mucho con técnicas de mindfulness (atención plena) y se orienta hacia la acción. 

¿Para quién es útil? Personas con ansiedad, estrés, dolor emocional persistente o dificultad para tomar decisiones. 

 

Entonces… ¿qué tipo de terapia necesito? 

No hay una sola respuesta. Depende de tu historia, tus síntomas y tu personalidad. Lo importante es: 

- Buscar un profesional acreditado y empático. 

- Estar abierto al proceso, aunque no siempre sea cómodo. 

- Darte tiempo: la terapia no es mágica, es un camino. 

Ir a terapia no significa que estás roto, significa que quieres crecer, sanar y vivir mejor. Ya sea para superar un trauma o simplemente para entenderte más, hay una forma de terapia que puede ayudarte. Invertir en tu salud mental es invertir en tu bienestar integral. 

 

Tu mente también necesita cuidado. La terapia es un acto de amor propio.