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Workaholic: qué es, síntomas, cómo prevenirlo y cómo superarlo

Vivimos en una sociedad donde la productividad se valora tanto que muchas personas terminan normalizando el exceso de trabajo. Pero cuando el compromiso laboral se convierte en una obsesión que afecta la salud, las relaciones y la calidad de vida, estamos hablando de una verdadera adicción: el workaholism o adicción al trabajo. En este blog exploramos qué es ser workaholic, cómo identificarlo, prevenirlo y, sobre todo, cómo superarlo. 

¿Qué es ser workaholic? 

El término workaholic viene del inglés y se refiere a una persona que tiene una necesidad compulsiva de trabajar de manera excesiva. A diferencia de alguien simplemente trabajador o apasionado por lo que hace, el workaholic pierde el equilibrio entre la vida personal y profesional, sintiéndose culpable o ansioso cuando no está trabajando. 

El workaholism no es una virtud, sino una forma de dependencia que puede causar daños físicos, emocionales y sociales a largo plazo. 

Síntomas de un workaholic 

¿Trabajar mucho te convierte en workaholic? No necesariamente. La clave está en cómo vives tu relación con el trabajo. Aquí algunos síntomas comunes: 

- Dificultad para desconectar: incluso fuera del horario laboral, sigues pensando en tareas pendientes. 

- Sentimiento de culpa al descansar: te sientes improductiva o inútil si no estás trabajando. 

- Horas extra crónicas: trabajas mucho más de lo que se te exige, incluso sin necesidad. 

- Aislamiento social o familiar: dejas de compartir tiempo con seres queridos por trabajar. 

- Problemas de salud física o mental: insomnio, estrés crónico, ansiedad o agotamiento. 

- Negación del problema: crees que todo está bien porque “amas tu trabajo” o “solo estás siendo responsable”. 

Cómo prevenir el workaholism 

La mejor forma de evitar caer en esta adicción es crear hábitos saludables y poner límites claros: 

1. Establece horarios: Define tu hora de inicio y de cierre laboral, incluso si trabajas desde casa. Respeta los fines de semana y las vacaciones. 

2. Cuida tu salud mental: Medita, haz ejercicio, duerme bien y prioriza el autocuidado como lo harías con una reunión importante. 

3. Fomenta relaciones personales: Dedica tiempo de calidad a tu familia, amistades o hobbies. El trabajo no debe ser tu única fuente de satisfacción. 

4. Aprende a decir “no”: No aceptes más tareas de las que puedes manejar. Delegar o pedir ayuda no te hace menos capaz. 

5. Desconecta del móvil: Evita revisar correos o mensajes laborales fuera del horario establecido. Tu cerebro también necesita descansar. 

Cómo superar el workaholism 

Si ya te identificas con varios síntomas y sientes que el trabajo domina tu vida, hay pasos concretos que puedes tomar: 

1. Reconócelo: Aceptar que tienes un problema es el primer paso para resolverlo. No lo justifiques diciendo que es “por pasión”.

2. Busca ayuda profesional: Un psicólogo o terapeuta puede ayudarte a gestionar la ansiedad relacionada con el rendimiento y el control.

3. Redefine el éxito: Reflexiona sobre qué significa para ti tener éxito. ¿Es solo laboral o también incluye bienestar y relaciones?

4. Haz pausas intencionadas: Agenda descansos reales. Incluso un día sin tocar el portátil puede tener un efecto reparador enorme.

5. Apóyate en otras personas: Habla con colegas o seres queridos de confianza. A veces, un entorno que refuerza la cultura del “vivir para trabajar” también necesita cuestionarse.

El workaholism no es productivo 

Aunque pueda parecer contradictorio, ser workaholic no te hace más eficiente. Al contrario, trabajar sin descanso reduce tu capacidad de concentración, tu creatividad y tus decisiones estratégicas. Estudios demuestran que las personas con mejor balance vida-trabajo rinden más, son más felices y están más comprometidas a largo plazo. 

Trabajar es necesario. Disfrutar del trabajo es un privilegio. Pero cuando el trabajo se convierte en una obsesión que te consume, algo está mal. Ser workaholic no es una medalla al mérito, es una señal de alarma. Recordar que somos mucho más que nuestro rendimiento laboral es fundamental para vivir una vida más plena, saludable y feliz.