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Medidas preventivas en el trabajo de laboratorio

Los laboratorios son espacios donde la ciencia se convierte en descubrimiento, pero también en riesgo si no se respetan adecuadamente las normas de seguridad. Un especialista de laboratorio está expuesto a productos químicos, agentes biológicos, equipos sofisticados e incluso radiaciones, por lo que la prevención es clave para proteger la salud, evitar accidentes y garantizar la validez de los resultados experimentales 

Tipos de accidentes más comunes en un laboratorio 

· Accidentes químicos: 

· Quemaduras por ácidos, álcalis o sustancias corrosivas. 

· Inhalación de vapores tóxicos o gases. 

· Intoxicación por ingestión accidental o contacto con la piel. 

· Accidentes biológicos: 

· Exposición a bacterias, virus u hongos patógenos. 

· Contaminación cruzada por manipulación inadecuada de muestras. 

· Accidentes físicos: 

· Cortes con vidrios rotos o material punzocortante. 

· Pinchazos con agujas o lancetas. 

· Lesiones musculares por mala postura o manipulación incorrecta de equipos pesados. 

· Accidentes eléctricos y mecánicos: 

· Descargas eléctricas por instalaciones defectuosas. 

· Lesiones por el mal uso de centrifugadoras o maquinaria con partes móviles. 

· Incendios y explosiones: 

· Por la mezcla de sustancias incompatibles. 

· Uso incorrecto de mecheros o equipos que generan calor. 

Consejos para prevenir accidentes en el laboratorio 

Para poder evitar estos accidentes, es importante, seguir correctamente las siguientes medidas preventivas: 

1. Uso obligatorio de equipo de protección personal (EPP): bata de manga larga, guantes, gafas de seguridad, calzado cerrado y mascarilla en caso de exposición a vapores o agentes biológicos. 

2. Capacitación continua: actualizar conocimientos en normas de bioseguridad, manejo de sustancias químicas peligrosas (fichas de seguridad, pictogramas GHS) y protocolos de primeros auxilios. 

3. Orden y limpieza (norma del “laboratorio limpio”): mantener las superficies libres de residuos, etiquetar correctamente los reactivos y disponer de contenedores específicos para cada tipo de residuo (químico, biológico, punzocortante). 

4. Almacenamiento seguro de productos químicos: separar inflamables de oxidantes, guardar ácidos y bases en armarios específicos y comprobar periódicamente las fechas de caducidad. 

5. Uso adecuado de equipos: calibrar, revisar y dar mantenimiento a los instrumentos de laboratorio (centrífugas, autoclaves, cabinas de bioseguridad, etc.) para evitar fallos técnicos. 

6. Higiene personal estricta: no comer, beber ni maquillarse en el laboratorio; lavarse siempre las manos antes y después de cada jornada. 

7. Protocolos de emergencia claros: conocer la ubicación de duchas de seguridad, lavaojos, extintores, salidas de evacuación y tener a la vista teléfonos de emergencia. 

8. Trabajo responsable: nunca trabajar solo en el laboratorio; la supervisión mutua es una de las mejores herramientas de prevención. 

El especialista de laboratorio es también responsable de preservar su seguridad y la del equipo dentro del laboratorio. Cada norma de bioseguridad, cada procedimiento de limpieza y cada protocolo de emergencia son inversiones en salud. La mejor prevención es un laboratorio seguro, un lugar donde la ciencia puede avanzar sin poner en riesgo a quienes la hacen posible.